Sesgo, condicionaje y raciocrítica

*DESCRIBIENDO y NORMANDO el INTELECTO. En algún momento, al expresar una idea u opinión, alguien cabe que nos haya advertido, incluso increpado, algo así como “eso que dices está sesgado”. ¿Y eso qué quiere decir? Bien. La investigación de la psicología cognitiva a propósito de nuestro intelecto puede adquirir básicamente dos enfoques, uno más descriptivo (cómo pensamos o inteligimos), otro más normativo (cómo deberíamos pensar o inteligir). Un sesgo, en principio, se definiría simplemente como un error cognitivo o intelectivo, con lo que, conceptualmente, estaría algo más arraigado al segundo enfoque propuesto, que, por su parte presumiría la existencia de un canon o norma sobre el intelecto; la cuestión es que ha habido investigadores que han intentado entender mejor el fenómeno psíquico que suponga el sesgo. Luego, una primera cuestión a tenerse en cuenta, y que acrecentaría el interés sobre los errores cognitivos, no sería ya la que podría aplicarse de modo específico a labores avanzadas del intelecto (como pudiese ser la de un ingeniero, al diseñar o mantener una presa, mejor o peor), sino la derivada de manera más general del poder de las emociones sobre nuestras ideas (y viceversa). Además, a ello habría que añadir la positividad de cómo habitualmente se vulnere una establecida racio-normatividad intelectiva, de manera más menos explícita, en los foros del (interesado) discurso sociopolítico (y su intención de poder), cuestión a estudiar desde una perspectiva metadiscursiva al respecto del condicionaje discursivo.

Seguir leyendo «Sesgo, condicionaje y raciocrítica»

Sentido de vida y perplejidades

Sentido de vida y perplejidades

«¿Comer y beber para volver luego a tener hambre y sed, y poder de nuevo comer y beber hasta que se abra a mis pies el sepulcro y me trague, y ser yo mismo alimento que brota del suelo? ¿Engendrar seres semejantes para que también ellos coman y beban y mueran y dejen detrás de sí otros seres que hagan lo mismo que yo hice? ¿A qué este círculo volviéndose incesantemente sobre sí mismo […], este monstruo, devorándose constantemente a sí mismo para poderse de nuevo engendrar, y engendrándose para poderse de nuevo devorar?»

JG Fichte, Destino del hombre

*TANTAS COSAS que NO ENCAJAN. No sé vosotr@s, pero yo por lo menos tuve en su momento bastante partido el sentido interior: por un lado, esa mi educación cristiano-católica (mi párroco, mi profe de religión, diversas personas creyentes) me decía que yo era algo más que un cuerpo, y que ello, mi alma, sobreviviría a la muerte; por otro, mi cultura cientifista (mis profes de física y de biología, diversas personas ateas) me insistía en que no, que lo único que tenía era mi cuerpo; ambos dos credos sólo coincidían en que dicho cuerpo iba a morir (quasi-desaparecer), cosa, por lo demás, evidente. A ello digamos que se vinculaban dos diferentes maneras de encarar la vida: la cristiano-católica, (demasiado, para mí) pendiente de lo que pueda pasar después de esta vida, y la cientifista (demasiado, para mí) pendiente de lo que pase en esta vida, según además un modus (para mí) bastante simplificado, pretendiendo encajarlo todo según unas pocas variables, y usualmente a golpe de martillo pilón. Hace ya mucho tiempo que no me encajaron ninguna de estas dos opciones polares (dicotomización), y me dediqué a buscar otras opciones, según un camino de equilibrio.

Seguir leyendo «Sentido de vida y perplejidades»

Humano masa, psicomodidad e indignidad

Humano masa, psicomodidad e indignidad

«De nuevo nos hallamos ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización industrial avanzada: el carácter racional de su irracionalidad. Su productividad y eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir comodidades, de convertir lo que es superfluo en necesidad y la destrucción en construcción, el grado en que esta civilización transforma el mundo-objeto en extensión de la mente y el cuerpo del hombre llevan a cuestionar incluso la propia noción de alienación»

H. Marcuse, El hombre unidimensional

*PREOCUPACIONES TEMPRANAS. En la primera mitad del s.XX, diferentes humanistas ya vinieron a denunciar la deriva de nuestra civilización, en la forma de un nuevo humano paradigmático, que el frankfurtiano H. Marcuse denominó hombre unidimensional; por su parte, nuestro Ortega hizo hincapié en el peso sociopolítico que pudiese tener este humano masa, cuando se une a otros congéneres. Masa, peyorativo de colectivo o comunidad, sería lo que nos conjuntaría a los individuos, pero de manera alienada, es decir, cuando al estar en grupo, las personas perdemos consciencia individual (no confundir con individualismo), lo que además supone que se malogre nuestro espíritu raciocrítico. Todos estos pensadores[i] nos advertían de las potenciales consecuencias de que el estado másico se generalizase en demasía, ante graves acontecimientos concretos que se fueron dando, como cuando nos embarcamos en la Guerra Mundial en sus dos primeras partes, desastrosas conflagraciones que, más allá de los intereses político-económicos que pudieren hallarse en su trama causal, no hubiesen podido producirse en sus hiperbólicos términos si no hubiese contribuido a ello esta condición humana másica.

Seguir leyendo «Humano masa, psicomodidad e indignidad»

La última rosa roja de noviembre

La última rosa roja de noviembre

*Lo INCÓMODO EXTRAÑO. Ha pasado ya un tiempo, y no obstante tengo un recuerdo bastante vívido de lo acaecido. Era finales de noviembre del 99, con todo el mundo muy pendiente del apagón por el efecto 2000, en medio de visiones y profecías. Esa mañana se presentó bastante fría, incluso para la fecha, con lo que nada más pisar la calle me asaltó una especie de bofetada por parte del gélido aire, que no sé si me hizo espabilar, o más bien me dejó KO para el resto del día. Sumido en un cierto rabiar, en medio de un escaso jardín delantero, casi me pasó desapercibida la imagen de una rosa roja, que todavía quería mostrar su belleza, a pesar de la inclemencia. Con tal humor, la primera impresión que comenzó a formárseme fue de incomodidad, preguntándome por la razón o explicación de que esa osada flor desafiase los momentos estacionales… lo que pasa es que, sí, extrañado, me estaba a su vez perdiendo el regalo que tal evento me ofrecía, quizás para aliviarme de la bofetada recibida.

Seguir leyendo «La última rosa roja de noviembre»

Medios de manipulación de masas

Medios de manipulación de masas

«¿Se puede realmente distinguir entre los medios de comunicación de masas como instrumentos de información y diversión, y como medios de manipulación y adoctrinamiento? ¿Entre el coche como molestia y como conveniencia? ¿Entre los horrores y las comodidades de la arquitectura funcional?»

H. Marcuse, El hombre unidimensional

*REVOLUCIONES COMUNICATIVAS y PROGRAMACIÓN del SUJETO. Desde la invención de la imprenta (un hito digamos que aislado en el s.XV), la comunicación es un logro que lleva ya casi dos siglos dando saltos revolutivos, desde la concepción del telégrafo y la fotografía en el primer tercio del s.XIX, pasando por el teléfono, el cine y la radio (finales del S.XIX), la televisión y la computadora (primera mitad del s.XX), hasta llegar al PC, internet y la telefonía móvil (segunda mitad del s.XX). Es éste un progreso tecnológico que ha transformado, no sólo la sociedad occidental, sino nuestra ya aldea global, acercándonos a todos en el espacio, el lenguaje y el pensamiento. Siguiendo la voluntad socrática de examinar nuestras vidas, estamos obligados a poner nuestra atención en las consecuencias de todo ello, en especial sobre cómo pueda ser aprovechado para, de un modo cada vez más sutil y profundo, así como más fácil e inmediato, programarnos a los individuos, hacer de nosotros peones incluso de la geopolítica, sirviéndose para ello de la industria cultural[i]. Una intención tal debería superar con todo una barrera, la de nuestro discernimiento y espíritu crítico, nuestro pensar-dudar, pues, aunque alguno lo pretenda (ánimo mecanicista), el caso es que no somos máquinas. Luego, una cierta programación de un ser humano, aunque posible, e incluso facilitable, no puede darse de manera directa, sino que debe pasar por un proceso cuyo resultado sea que el sujeto tenga la sensación de que sus ideas (y su voluntad) son propias: es en esto en lo que consistiría la manipulación de las mentes, la incepción de ideas exógenas.

Seguir leyendo «Medios de manipulación de masas»

Marxismo humanista desde Frankfurt

«El derecho y el deber de todo hombre que piensa es juzgar al mundo que se ha convenido en llamar libre según sus propios criterios»

M. Horkheimer

*AÑOS VEINTE APARENTEMENTE FELICES. Hace algo menos de cien años (1923) se fundó en el seno de la Universidad de Frankfurt el Institut für Sozialforschung (Instituto para la Investigación Social, de ahora en adelante el Instituto). A pesar de que existe una caracterización popular de la tercera década (los años veinte) de nuestro siglo precedente como “los felices años”, no todo el mundo parece que estuviese en esta onda, y ya algunos empezaban a estar preocupados por ciertos aromas de radicalización que pudieran estar impregnando a las sociedades occidentales. El Instituto pudo reunir así investigadores venidos de horizontes diversos, interesados por el escudriñamiento de los factores de dominación en nuestra sociedad post antiguo régimen (post revolución francesa), en las que se supone que los ideales moderno-ilustrados de libertad, igualdad y fraternidad serían el faro directriz.

Seguir leyendo «Marxismo humanista desde Frankfurt»

Masas y responsabilidad individual en geopolítica

«Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer»

J. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas

*INDIVIDUO, MASA y GUERRA CULTURAL. Hemos animado a percatarnos de hasta qué punto el formato de colonización y lucha por el poder haya variado hacia éste de la guerra cultural, uno no novedoso (se puede considerar como siempre presente en toda conflagración), pero que hoy sería el más viable, debido a la idiosincrasia de nuestro mundo. Frente a ello, los humanos de a pie podría parecer que poco tengamos que decir en geopolítica, y más los de una sociedad psico-acomodada… pero mi opinión disiente: no cabría explicar cumplidamente las conflagraciones entre estados si, a su vez, no se tuviese en cuenta la aportación a ello de cada uno de nosotros. Aunque inicialmente un espíritu compasivo podría buscar amparar a los individuos, se ha de advertir que somos los individuos los que, al final, nos toca asumir la responsabilidad del devenir histórico: puede que los libros de historia no nos mencionen, pero ahí estamos, y nuestro papel jugamos, aunque a menudo de manera, no individual, sino conjuntados como masa [i] (peyorativo de colectivo o comunidad), y apareciendo ostensiblemente en escena cuando dicha masa tiene un peso específico, lo cual, habitualmente, acaba teniendo consecuencias desastrosas.

Seguir leyendo «Masas y responsabilidad individual en geopolítica»

IA, soluciones-decisiones y responsabilidad

IA, soluciones-decisiones y responsabilidad

«La civilización mecánica y concentracionaria produce mercancías y devora hombres. No se le pueden poner límites a la producción de mercancías. La civilización mecánica no parará de producir mercancías más que cuando haya devorado a los hombres. Los habrá devorado en las guerras, en masas enormes y a trozos, pero los habrá devorado uno a uno, les habrá vaciado uno a uno de su médula, de su alma, de la sustancia espiritual que les hacía hombres. Y sería también una locura, ahora lo veo, el creerla capaz de hacer felices un día, en un mundo hecho para ellos, a estos hombres deshumanizados»

G. Bernanos, «El espíritu europeo y el mundo de las máquinas» en La libertad, ¿para qué?

*La ANALOGÍA MECANICISTA. La IA sería la inteligencia expresada por máquinas, a partir de sus dispositivos (hardware, principalmente procesadores) y sus programas (softwares); el término ya de por sí sería connotativo, pues daría por pre-supuesta (salvo aclaración) una analogía humano-máquina (mecanicismo), contemplándose entonces una correspondencia con cuerpo, cerebro y mente, respectivamente. La clave de este asunto está, por lo tanto, no ya en la concepción que se tenga de una máquina, sino en la del humano, en si nos veamos como máquinas o no: caso afirmativo, se podría manejar un concepto de inteligencia artificial en el sentido de análoga al humano; caso negativo, se podría aceptar que una máquina pudiese tener algún tipo de inteligencia[i], pero nunca una como la de un humano[ii]. Así, el (trascendental) debate no sería realmente IA sí-no (creo que todo el mundo estaría de acuerdo en que una ayudita por parte de máquinas sea, en principio, para bien, y más si esas máquinas estuviesen bien diseñadas en su operatividad, es decir, fuesen ‘más inteligentes’), si no máquinas aceptadas como similares a humanos sí-no.

Seguir leyendo «IA, soluciones-decisiones y responsabilidad»

La convivencialidad como preocupación humanista

«¿Cómo es posible convivir -convivir humanamente- más allá de la pura conveniencia?»

H. Giannini, Reflexiones acerca de la convivencia humana

*Un HUMANO PREOCUPADO por la CONVIVENCIA. La exigencia de convivencialidad para con el discurso nos impelía a una investigación sobre el ser humano, más allá de discursos y patronajes estructurales heredados, entre los que destacaba ese objetualismo mecanicista, que habría pretendido conjuntar al humano con otros objetos de estudio, mitigando, sino eliminando, lo que justamente pudiese caracterizarlo de manera diferencial. Es por ello que comencé inclinándome hacia aquel punto de vista que tuviese como faro esa idiosincrasia humana (en particular, su capacidad de consciencia, culminante en la autoconsciencia), siempre que fuese respetuosa con todo lo demás: esta idea se puede nombrar como humanismo, una un tanto magullada, incluso tergiversada en el curso de nuestro devenir reflexivo. De esta forma, entre todo lo que leía, empecé a seleccionar a aquellos autores que, de manera más o menos explícita, podrían considerarse como humanistas, entre los que destacaban sabios ya milenarios como Buda, Sócrates o Jesucristo; en este acercamiento, busqué mi propia manera de interpretarlos, que a menudo se alejaba de otras paráfrasis previas.

Seguir leyendo «La convivencialidad como preocupación humanista»

Gafas terapéuticas y posverdad

Gafas terapéuticas y posverdad

«Y es que en el mundo traidor, nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira»

R. de Campoamor

*POSMODERNISMO y RELATIVISMO. El 18 de junio de 1917, en plena Guerra Mundial I, el que posteriormente fuese premio Nobel de Literatura, el dramaturgo L. Pirandello, tuvo por menester estrenar su obra Así es (si así os parece) en el Teatro Olimpia de Milán, con la que llevaba a cabo su particular incursión sobre el asunto de la verdad-falsedad y la realidad-apariencia, en la cual se decantaba por un relativismoescepticismo onto-epistémico, o, dicho de otra manera, por, a partir de considerar los diferentes puntos de vista, dudar sobre las cosas en sí (realidades objetivas) y sus enunciados parejos (verdades). Lo cierto es que la impresión de que los sujetos veamos a través de (y hagamos las cosas a partir de) un determinado cristal, no era novedosa, incluso podemos remontarla a los debates entre los sofistas y Sócrates-Platón, momento en que el humano daba un paso más en su proceso de consciencia respecto a su papel, más o menos principal, en el cosmos. Desde aquí, se habrían ido dando planteamientos menos o más radicales, desde aceptar que una misma realidad pueda ser percibida y discurrida de diferentes maneras, hasta ese vacilar sobre dicha realidad común que nos llevaría al planteo de múltiples y diferentes realidades a construirse individual y/o socialmente. Frente al hipermoderno s.XIX, el s.XX supuso el ascenso, que parecía imparable, del posmodernismo, el cual se dedicó a llevar el asunto hasta esos límites expuestos, y al cual se adscribieron, además de Pirandello, un gran número de pensadores y literatos[i]. Lo curioso de éste y otros tratamientos similares sería la paradoja (y perplejidad) que nos podrían dejar: ¿acaso el propio Luigi llegó a dudar de que ese 18 de junio se hubiese estrenado su propia (relativista) obra?… ¿acaso el italiano tuvo serias dudas de que esa obra estrenada en esa fecha, y en ese teatro, fuese de su autoría? Tal vez el asunto no sea tan fácil de resolver… tal vez el recurso muy de moda a la posverdad, lejos de una honestidad reflexiva, no sea más que una manera de perpetuar esa genérica frescura que acepta los hechos sólo cuando convienen. Por parte de esta investigación, y guiados por los valores equilibrio y prudencia ya mostrados por otros autores, no nos hemos atrevido a dudar de la realidad objetiva (no sea que…), aunque sí nos hemos visto obligados a defender el que cada cual pueda tener su particular punto de vista al respecto, según las ‘gafas’ que lleve puestas.

Seguir leyendo «Gafas terapéuticas y posverdad»